Podria ser la hora antes del alba,
la mas fria, la que acumula mas noche en los huesos,
incluso "podria no amanecer".
Peligrosamente se adentra el promontorio
en el oscuro mar,
nada parece haber detras,
ninguna vida bajo los pies.
En el cielo amenaza la tormenta,
en el mar se presiente la tempestad,
latentes los elementos
Aguardan.
La tierra bajo sus pies parece duro y frio marmol.
El blanco del cielo parece reflejar la tierra,
y lo que mas duele de todo
es La Nada.
Erguido esta el pequeño monje,
ligeramente echado hacia atras
como para abarcar la vastedad del horizonte mejor
con su mirada.
Simplemente parece contemplar,
tal vez medita
o interpela
el misterio frente a el expuesto.
Todo amenaza:
mar y cielo,
y la tierra firme
tan gelida y dura
y tan avanzada y entrada en el mar
ni sirve de refugio
ni parece que
"La Situacion Admita Una Retirada".
Este monje parece la imagen de la soledad humana misma.
Nada a lo que asirse:
por todas partesla nada infinita
rodeandolo.
y lo que contempla es tan inhospito
que parece al margen del tiempo y del espacio.
Mas presiento que no tiene miedo,
se tiene a si mismo,
permanece en pie, firme como un arbol,
valiente frente a la Destruccion y la Amenaza,
sereno contempla
el vasto espacio anonadante
como siquisiera aprender a estar solo.
Como si la respuesta estuviera en su interior.
Como si fuera su paisaje Interior.
como si fuerra su propio destino
salido de si mismo
y desplegado ante sus ojos.
Como si tuviera que luchar alli su ultima batalla.
¿No es ese el destino del ser humano?:
Sin recuerdos de una vida anterior.
Sin indicios de una posterior,
latiendo entre la angustia de lo efimero de la vida
y el temor a la muerte....
Este monje lo que parece estar mirando cara a cara,
es su propio estar colgando del vacio:
ese perderse el sentido de todas las cosas
por el desague de lo desconocido.
Vertical sobre sus pies
permanece
dueño de si mismo,
contemplativo,
interrogante siempre,
Superviviente.
Esperando.
-Jose-